Iberdrola: detrás de la fortuna, el crimen. 50 años de la tragedia en la presa de Cedillo

En homenaje a todos los trabajadores fallecidos en la construcción de la presa de Cedillo. Una pequeña contribución a la memoria, contra la impunidad y contra la impotencia en el cincuenta aniversario de la tragedia.

Enlace al artículo completo de MANUEL CAÑADA PORRAS en M.O. https://www.mundoobrero.es/pl.php?id=13814

Se cumplen estos días 50 años de uno de los accidentes laborales ocurridos en la presa de Cedillo. El 31 de julio de 1972 perecían allí once obreros, cuando se afanaban en la construcción del aliviadero. Otros siete trabajadores habían fallecido en enero de 1969. Y dos más morirían, atrapados en una hormigonera, en agosto de 1975. Veinte vidas. Veinte vidas sacrificadas en los altares del oligopolio energético, veinte nombres más borrados de la historia.

…/…ya se había producido el gran reparto del mercado eléctrico en el suroeste de España: el río Guadiana sería para la Compañía Sevillana de Electricidad y con el río Tajo se quedaría Hidroeléctrica Española, la empresa de la que nacería décadas más tarde la actual Iberdrola. Eran los vencedores de la guerra civil y había llegado el momento de repartirse el botín. “Entre 1942 y 1943 Hidrola consiguió tener bajo su dominio la práctica totalidad de los aprovechamientos del Tajo y sus afluentes”

…/…consolidación de una maciza plutocracia, en la que las eléctricas y la banca en alianza, jugarán un papel central desde entonces hasta nuestros días. El Tajo, el secreto objeto de deseo del lobby eléctrico vinculado al Banco de Vizcaya, pasará a ser el cortijo de Hidroeléctrica. En 30 años la ribera del Tajo dejará de ser un río para convertirse en “una sucesión de embalses hidráulicos”: Valdecañas (1964), Valdeobispo (1966), Torrejón (1967), Azután (1970), Alcántara (1970), Cedillo (1977) y posteriormente Gabriel y Galán-Guijo de Granadilla (1982).

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